Las reformas en casa, nos obligan a eliminar las cosas, que por
siiiglos hemos guardado, con la idea de que pueden servir
para"algo". La cuestión es que esa "posible utilidad" nunca llega, es
ficticia.
Sólo una brusca remodelación en el hogar, hizo que revisara baúles, cajones y clósets, para tener el espacio requerido..
En
fin, en un par de días me topo con tesoros de la infancia, propios y
ajenos. Lindo encontrarlos y maravillooosa la sonrisa de Amalia al
recibirlos. Mmm...confieso que me quedé con un par....
Al costado de los juguetes y de diferentes colores, formas y tamaños.. rumas de cuadernos!!!
Sonreí, recordando las declinaciones de latín, al hojear los trabajos de física, que
la profesora me pedía hacer para "mejorar" mis notas. Uy, en un
rinconcito, mis cuadernos de cálculo, con las integrales...que dieron
vida a mi firma. Me gustaban..., claro que hoy, no llego ni a la segunda
derivada,jeje.
Uuuf, qué cantidad de cuadernos, exámenes,
guías de laboratorio y talleres, fotocopias al por mayor... sólo para
ocupar espacio, acumular polvo y de paso dejarme las manos neeegras.
En total, siete cajas repletas de papel, cuyo destino final será: un punto limpio.
Las miro...deshacerse de todo eso es algo extraño...sin embargo, no puedo dejar de pensar, en la cantidad de árboles que hay ahí...
martes, 18 de noviembre de 2014
domingo, 2 de noviembre de 2014
Habré tenido unos ocho cuando llegaron: tres abedules y un liquidambar.
Fascinada con su tronco blanquecino, sus ramas colgantes, desordenadas que jugaban con el viento mmm...pendulares, diría un profesor años después.
Un árbol blanco, sólo podía ser mágico!
Sus semillas, diminutas con dos alitas que volaban por doquier. Mmm....sámara bialada... Uy cómo se enredaban en mi pelo!
Cómplice de jugarretas, cuentos, historias....
Hoy, los observo.... el liquidambar, grande recto verde... mi abedul, mantiene su estilo otoñal...
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